¿Cuánto cuesta una instalación de radiadores? Precios y presupuesto

Los radiadores son las terminales de calefacción más empleadas en las viviendas, pero el coste de este sistema puede variar mucho según el tipo de radiador y la energía que emplea, su material, su potencia, el número total de radiadores a instalar o el coste de mano de obra.

Si estás considerando instalar calefacción con radiadores en tu vivienda, es esencial que cuentes con un instalador profesional de sistemas de calefacción. En el caso de radiadores eléctricos, será necesario contar con la experiencia de un electricista. La instalación por parte de un profesional acreditado garantiza la calidad del sistema, su óptimo rendimiento, así como el cumplimiento de la normativa.

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Tipos de radiadores

Los radiadores o emisores térmicos juegan un papel crucial en la configuración de cualquier sistema de calefacción. Su función principal radica en la emisión y distribución del calor generado a partir del agua calentada en una caldera, si se trata de un sistema de calefacción con agua caliente, o del calor generado por una resistencia eléctrica, en el caso de radiadores eléctricos.

Radiadores de agua para calefacción

El sistema de una caldera de gas y radiadores es uno de los más empleados para calentar viviendas y locales. Los radiadores de agua para calefacción aseguran un rendimiento óptimo al trabajar con las calderas de condensación más actuales, de bajas emisiones y alta eficiencia. Además, cada vez es más frecuente la adopción de sistemas de aerotermia con radiadores, que implican el uso de bombas de calor para generar agua a baja temperatura.

La instalación de radiadores de agua es un proceso que requiere la intervención de un instalador de calefacción certificado. Este profesional se encarga de llevar a cabo una obra completa, garantizando un cálculo y dimensionamiento preciso de la instalación para lograr la máxima eficiencia energética. Asimismo, se encarga de instalar de manera segura la caldera de gas, el sistema de tuberías y, por supuesto, los radiadores, las válvulas de regulación y las válvulas termostáticas.

Entre las ventajas de los radiadores de agua, se encuentra que tienen un consumo económico, al emplear fuentes de energía que suelen ser asequibles. Además, se calientan rápido, por lo que enseguida mejoran la temperatura de la estancia. A esto hay que añadir que son duraderos, resistentes y con un diseño muy variado para adaptarse a la decoración de la vivienda.

Entre sus desventajas, es que se depende del suministro de gas natural y que la inversión inicial suele ser más alta que la que exigen otros tipos de radiadores, puesto que hay que tener en cuenta la instalación de la caldera.

Para elegir los radiadores de agua más adecuados, es crucial considerar en primer lugar el material de fabricación, que siempre tiene una gran capacidad de para transferir el calor. Así se consigue una distribución homogénea y constante de la temperatura en cada habitación. Pero hay algunas diferencias clave entre los radiadores de acero, aluminio y hierro fundido, los materiales más comunes:

• De acero, muy resistentes, ocupan menos espacio que otros y son más ligeros, son económicos y los más nuevos soportan muy bien la corrosión. Sin embargo, no tienen una buena resistencia mecánica.
• De aluminio, ligeros y de fácil instalación, se calientan muy rápido y permiten gran variedad de diseños. En su contra, tienen un sistema de conexiones complejo, y un material difícil de reparar si hay daños.
• De hierro fundido, muy duraderos y resistentes a la corrosión y a los golpes, tienen una gran inercia térmica (tardan en enfriarse pero también en calentarse), aunque son pesados y más caros que de otros materiales.

Radiadores eléctricos

Con radiadores eléctricos nos referimos a los radiadores de fluido, que incluyen tanto los radiadores de aceite tradicionales como los radiadores de calor azul. Ambos operan de manera similar: una resistencia eléctrica calienta un fluido caloportador que circula por el interior, calentando así el dispositivo. Generalmente incluyen un sistema de control individual con un termostato digital.

En esencia, estos radiadores son considerados radiadores eléctricos debido a que la resistencia se calienta mediante energía eléctrica. La principal diferencia radica en el tipo de fluido interno que utilizan.

Los radiadores eléctricos son una opción de calefacción cómoda y fácil de instalar. Se conectan directamente a la red eléctrica y emiten calor radiante, que se distribuye de forma uniforme por la habitación. No requieren de una instalación compleja, como los sistemas de gas. Basta con atornillarlos a la pared y enchufarlos. Además, son sencillos de mantener y tienen válvulas termostáticas que permiten controlar la temperatura de cada habitación de forma individual. Los radiadores eléctricos son una buena opción para consumos medios, como los que se producen en zonas de clima templado.

Radiadores de baja temperatura

En el caso de contar con un sistema de aerotermia en lugar de una instalación de gas o eléctrica, es necesario instalar radiadores de baja temperatura. Estos radiadores operan con agua a temperaturas de alrededor de 50-60º, a diferencia de los radiadores convencionales, que utilizan agua a temperaturas de 70 u 80º. En los radiadores de baja temperatura, el calor se emite principalmente a través de convección, en lugar de radiación. Esto significa que el calor se distribuye de manera más directa en la habitación. Sin embargo, uno de los inconvenientes de los radiadores de baja temperatura es que necesitan una superficie mayor para emitir la misma cantidad de energía térmica que un radiador convencional a alta temperatura, lo que implica que estos radiadores tienden a ser más grandes. Para contrarrestar este problema, algunos fabricantes ofrecen radiadores de baja temperatura que incorporan ventiladores internos.

La combinación de radiadores de baja temperatura con generadores de alta eficiencia, como calderas de condensación, bombas de calor, energía solar o energía geotérmica, junto con válvulas termostáticas, resulta en una menor emisión de CO2 a la atmósfera y, como consecuencia, un ahorro energético y económico muy relevante.

Precio de la instalación

El coste de la instalación de radiadores de agua para calefacción depende en buena medida de si ya hay una caldera de gas natural u otra fuente de energía, o hay que instalarla. La instalación del sistema, incluyendo la caldera, las tuberías necesarias, los radiadores y la mano de obra, puede estar entre los 1.000 y los 3.000 euros.

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El coste de la instalación de radiadores eléctricos varía según el tipo de aparato, que deberá ser de una potencia adecuada para el tamaño de la habitación a calentar. Así, un radiador eléctrico de 500 W puede costar entre 50 € y 200 €. Los radiadores de 800 W generalmente tienen un rango de precio de 90 € a 260 €. Si optas por radiadores de 1.000 W, los precios varían desde 120 € hasta 400 €. Los radiadores de 1.500 W tienen un precio que va desde los 140 € hasta los 450 €. Finalmente, los radiadores de 1.800 W costarán entre 160 € y 500 €.

Además de estas cifras, es importante considerar el coste de la mano de obra para montar el dispositivo en la pared, que puede ir desde los 30 €/ hora en adelante.

Presupuesto para instalar radiadores

Son múltiples las razones para instalar radiadores en instalaciones de calefacción. Es una opción ecológica, eficiente y regulable, que se adapta a las nuevas normativas y es lo suficientemente versátil para integrarse con otros sistemas de calefacción.

Para garantizar su funcionamiento y mejorar de forma fiable el confort interior es clave un correcto dimensionamiento del sistema. Este cálculo lo realizará un instalador de calefacción acreditado, como los que puedes encontrar en nuestra web. Busca ya instaladores profesionales en caloryfrio.com y solicita online tu presupuesto de instalación de radiadores.