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Cómo hacer una instalación de aislamiento

Instalar aislamiento en obra nueva o en una edificación existente supone una diferencia total en lo que a confort interior y ahorro energético se refiere. Las ventajas de una instalación de aislamiento profesional son múltiples: mejora la calidad de vida de las personas usuarias y permite reducir el gasto en climatización, así como las emisiones. 

Según la tipología del edificio y sus necesidades, la instalación de aislamiento térmico y acústico empleará distintos tipos de materiales y técnicas. Un buen aislamiento termoacústico permitirá tener interiores más confortables y saludables, con una temperatura cómoda en invierno y en verano al eliminarse la pérdida de calor y frío. Además, previene la aparición de humedades, condensaciones y moho.

Instalación de aislamiento térmico 

La eficacia de las distintas soluciones de aislamiento térmico dependen del tipo de material elegido y sus prestaciones, así como de una correcta instalación. Estos son los elementos a tener en cuenta a la hora de plantearse aislar térmicamente: 

• El material. Con una conductividad térmica muy baja, alta resistencia térmica y al paso del calor, así como un buen comportamiento ante el fuego, encontramos entre los principales tipos de materiales de aislamiento térmico las espumas de poliuretano (PUR), poliestireno expandido (EPS), poliestireno extruido (XPS) y lanas minerales. También se emplean otros como la celulosa, la espuma fenólica, el corcho, los morteros aislantes, el vidrio celular… La clave para elegir el material es aquel que permanezca inalterable a lo largo del mayor tiempo posible y que cumpla con los requisitos que garanticen la supresión de los puentes térmicos y una completa estanqueidad de la envolvente con el mínimo espesor. 

• La aplicación. Los fabricantes ofrecen productos de estos materiales ajustados a distintas aplicaciones, que se pueden instalar en fachadas (muros y ventanas), en cubiertas, en suelos y techos, en tabiques interiores y en instalaciones (tuberías). Espuma insuflada, proyectada, planchas, paneles sándwich, SATE… Así, el material aislante se puede colocar por el exterior, dentro de la cámara, o bien adosado a la superficie interior del paramento, con la desventaja en este caso de que reduce el espacio interior. 

• Una correcta instalación. Cada solución de aislamiento exige distintos requerimientos. Un instalador profesional sabe cómo colocar los distintos elementos y materiales garantizando la continuidad del aislamiento. Emplea para ello la fijación adecuada para cada soporte, además de instalar el material en su posición correcta, con la guía de las recomendaciones del fabricante. 

Instalación de aislamiento acústico

Las principales soluciones de aislamiento térmico también ofrecen propiedades aislantes y protección contra el ruido procedente tanto del interior como del exterior de la edificación. Además, existen sistemas específicos que evitan la propagación del ruido, con una función aislante del sonido (para proteger de ruidos) o bien absorbente de la energía sonora (para mejorar la acústica interior y evitar ecos, por ejemplo).

Para lograr un buen confort acústico estas son las claves a tener en cuenta:

• Identificar el tipo de ruido y la fuente (aéreo o de impacto). En función de esto se elige la aplicación más ajustada (aislamiento por el interior o por el exterior, en el caso de las rehabilitaciones termoacústicas) para cada elemento (suelo, techo, tabiques, trasdosados). 
• El material. Elegir el tipo de aislante acústico óptimo, con una buena capacidad de absorción, es fundamental para que la instalación de aislamiento cumpla su función. En el mercado existen aislantes acústicos fabricados con lana mineral, espumas de poliuretano, corcho, yeso, cemento, geotextiles, fibra de madera…
• Revisar ventanas y cerramientos. Las puertas y ventanas complementan la instalación de aislamiento acústico, al evitar que se formen de puentes acústicos. Se logran así altos niveles de hermeticidad.

• La instalación profesional. Aunque hay soluciones acústicas sin obra siempre es recomendable la participación de un instalador profesional que garantice que se cumplen las exigencias del Código Técnico de Edificación (CTE).

Impermeabilización

La instalación de sistemas de impermeabilización soluciona problemas de humedad, condensaciones y filtraciones. Para impermeabilizar con éxito es necesario tener en cuenta:

• La aplicación. Se pueden impermeabilizar cubiertas, suelos y muros para evitar daños, mejorar la salubridad de los edificios y reforzar y proteger los cimientos, a la vez que se mejora la eficiencia energética. Es necesario detectar en qué punto hay que intervenir para realizar una intervención eficaz.

• El material. Acrílicos, asfálticos, elásticos, cementosos, membranas líquidas y de poliuretano, polietileno, caucho, PVC.... cada sistema de impermeabilización se ajusta a las características de la superficie sobre la que se aplica y a la problemática identificada.

• La instalación profesional. El instalador de impermeabilización es el responsable de sellar la superficie a impermeabilizar aplicando el sistema elegido, garantizando la continuidad de la capa impermeabilizante.

Tratamiento de humedades

Si se han encontrado humedades en una edificación es necesario un tratamiento para el sellado de grietas y fisuras y el control de la temperatura y la humedad. Para poner fin al problema es necesario:

• Identificar el tipo de humedades. Las humedades por condensación, por capilaridad o por filtración generan distintos problemas (aparición de hongos y mohos, manchas, daños estructurales), por lo que exigen distintas soluciones.

• Elegir el o los tratamientos. Para solucionar las humedades se pueden usar deshumidificadores y una mejor ventilación, en el caso de que las provoque la condensación, así como la aplicación de sellantes e impermeabilizantes para favorecer la estanqueidad y eliminar el origen de la humedad.

Es necesaria la instalación por parte de un profesional, que debe localizar correctamente las causas de la humedad, elegir la solución más eficaz y aplicarla atendiendo a las particularidades de cada caso y las indicaciones del fabricante.