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Cómo hacer una instalación de geotermia

Existen diferentes tipos de instalaciones de geotermia que difieren según la modalidad acogida por las tuberías de intercambio. 

Captación geotérmica horizontal: Se distingue por la distribución de forma horizontal de los colectores de captación que reparten el fluido caloportador. Es el formato más habitual y se coloca en torno al metro y medio de profundidad. Requiere de una cantidad considerable de superficie. 

Captación geotérmica vertical con sondas o pozos: Para la falta de superficie, existe la opción de colocar el sistema de intercambio (tuberías) de forma vertical. Requiere el empleo de maquinaria preparada más compleja, pero el resultado es más eficiente al alcanzar yacimientos de temperaturas superiores. 

Captación geotérmica vertical con pilotes: Cuando la instalación geotérmica está planificada desde el inicio del proyecto de una edificación y para dicha construcción es necesario la cimentación con pilotes, estos se aprovechan para conducir los elementos de intercambio. A la propia estructura de los pilotes se incorporan las sondas geotérmicas que harán las veces de guía para las mismas. 

Captación geotérmica en agua (lagos o ríos): La captación geotérmica en agua consiste en introducir directamente el sistema de intercambio (las tuberías del fluido caloportador) en lagos o ríos de elevadas temperaturas o en yacimientos de aguas termales. El intercambio de calor se realiza directamente en el medio acuoso. Es un sistema muy sencillo y sin excesivas complicaciones técnicas, más económico y eficiente. Eso sí, cuenta con el inconveniente de que este recurso acuoso no está disponible en todas las localizaciones. 

Es importante mencionar que una instalación de geotermia también puede ser reversible. Es decir, puede dar tanto calefacción como refrigeración a la vivienda inviertiendo la dirección del circuito y expulsando el calor a la tierra en los calurosos días de verano.

Por lo que, a grandes rasgos, un una instalación de este tipo requerirá: la excavación y colocación del intercambiador de calor, la instalación del circuito, la conexión con los equipos existentes de difusión de calor o la instalación de nuevos, y un depósito acumulador en caso de que se requiera ACS.